Amor Prohibido (Cap 2)

Capitulo 2

 

 Como era de esperarse mi padre me estaba esperando afuera de la escuela justo al momento en que la campana sonó. Ahora me dirigía hacia mi próxima tortura de la semana. Uno de los lugares mas horribles del mundo. Un casa a unas cuantas manzanas de la tienda de carros de Jerry Hillstone. Un hombre alto y gordo, amigo de mi padre desde hace años. Incluso, fueron socios durante un tiempo. Buen hombre, malos hábitos. Era un bebedor innato y a veces inducía a mi padre en sus costumbres. Muchas veces.

 

Mi padre era una de esas personas ostentosas, el tenia que demostrar cuando rico y afortunado era. Y realmente cumplía su cometido llevando su gran Porshe naranja brillante y sus lentes de sol Prada. ¡Ni siquiera hacia tanto sol afuera como para utilizar lentes! Mi padre estaba afuera del carro, recostado de el con lo brazos cruzados, el era gordo, de mediana estatura y su pelo antes catire y hermoso ahora estaba tiñéndose de blanco. Todavía no podía entender porque utilizaba esa pose de: joven, rico y soltero. ¿te atreves a mas?. Es decir, hace prácticamente 30 años dejo de tener 25, pero todavía actuaba como si los tuviera. Cuando visualice a mi hermano sentado en el asiento del copiloto, pude ver a Creg mirándome con una cara que me decía: De nuevo el Porshe y los lentes, me avergüenza en frente de mis compañeros Amy.

 

Ya una vez me lo había dicho estando solos en casa, pero nunca sabia que responderle. Es normal que los padres avergüencen a sus hijos, pero no de la manera que él lo hacia. Esto ya era un extremo. Yo entendía a mi hermano, completamente, pero aun así esto era algo con lo cual tendríamos que vivir. De repente sentí una mano pequeña en mi espalda. Cuando voltee, era Lis, que me miraba sonriente.

 

-. Hola Amy, ¿quieres venir a mi casa esta tarde?, podemos hacer planes para el fin de semana y ver algunas películas. Le he dicho a Alex que venga también ¿te anotas?.- Lis tenia una mirada expectativa, feliz. Odiaba tener que arruinarlo.

 

-. Me encantaría, pero tengo que ir a la casa de mi padre.- Realmente odio mi vida. Quisiera irme contigo y no tener que convertir mi magnifico fin de semana en el horroroso viaje que ahora es. ¡Perdóname! Eso fue lo que quise decir en ese momento . Pero si lo hacia mi padre me escucharía, y a pesar de lo molesto que era, era mi padre y yo lo quería. Harta de mi mala suerte camine hacia el brillante Porshe, y cuando estuve dentro, cerré la puerta lo mas fuerte que pude. Lo que produjo un sonido lo bastante fuerte como para que mi padre se olvidara de su actitud de adolescente y se dirigiera al carro para llamarme la atención. Pero cuando vio mi cara y el mal humor que tenia, estoy segura de que prefirió mantenerse completamente callado. El deseaba llevar la fiesta en paz.

 

Realmente sentía pena de mi padre. Aunque odiaba su estilo de niño rico, sabia que lo necesitaba para sentirse integrante de la sociedad. El era solo un pobre hombre que se engañaba a si mismo comprando botellas de perfume Abercrombie. En algún momento de su vida, fue joven y apuesto. Según lo que he oído  fue el chico mas popular de su clase. Creo que por eso mi madre decidió casarse con el y supongo que algo de amor también estaba incluido en la ecuación. Pero ahora no era para nada apuesto, solo un viejo hombre con dos hijos. Como ha de esperarse de todo buen hombre divorciado  ha salido con muchas mujeres después de separarse de mi madre, pero se dio cuenta de que ellas lo buscaban por su dinero y no por su físico ni por su carisma ni porque lo amaran de verdad. A pesar de todo, el todavía sigue teniendo una chispa de viveza en sus ojos azules, los ojos que yo había heredo. El pelo negro y liso es de mi madre. Y mi piel blanca como la nieve de mi bisabuela de parte de mi madre. Mi cara era ovalada, mi nariz perfilada y junto con mi boca carnosa estaban en simetría con toda mi cara. La genética me había ayudado bastante. Mi hermano también era favorecido, por una parte. Había sacado el pelo castaño oscuro de mi padre, y los ojos color tierra de mi madre, Creg era muy alto a diferencia de mi, con extremidades largas y era bastante inteligente en clases. En cambio yo había sacado la parte artística de la familia, tanto como en la capacidad de dibujar como en la apreciación musical.

 

-. Hola Amy, ¿como te ha ido?.- Mi padre me saludo casualmente, como si fuéramos viejos amigos que o se veían en años y no padre e hija. Decidí mantener mi boca cerrada, y no dije nada. No iba a hablar con el. Tenia que irme a su casa y desperdiciar mi fin de semana en ella. Pero no estaba en la obligación de establecer una conversación con el.- Bueno… eso seria un hola papa, el día de hoy tengo un día difícil, me pelee con el peine esta mañana así que no me hables. ¿O es solo que no estas dispuesta a hablarme, porque no quieres?

 

Me puse mis audífonos, lo que fuera que el quería hablar conmigo no era mi problema. ¿Por qué no podía solamente callarse? ¿Por qué no podía dejar de hablarnos como el padre amigo que no era? Era un camino largo hacia la casa de mi padre y no tenia mucha batería en mi Ipod, además estaba lloviendo. Mirando por la ventana del auto, observaba como el agua caída a borbotones del cielo, pero la gente seguía caminando como si fuera algo normal en Trennsville. Podía ver en la calle parejas compartiendo sombrillas y niños jugando football en el barro con una sucia pelota. Cuando nos adelantamos unas manzanas mas en la vía pensé haber visto alguien sentado bajo la lluvia, esperando un autobús cerca de la estación del metro. ¿qué estaba haciendo ahí? ¿por qué alguien esperaría bajo la lluvia a que llegara el autobús teniendo la estación justo en frente? Parpadee. Solo para asegurarme de que no estaba viendo cosas, pero luego no había nadie sentado en la banca. ¿Qué demonios había visto hace 1 minuto? ¿Estoy imaginando cosas o que?  Debía ser solo mi imaginación, probablemente la lluvia o estar tanto tiempo con Creg y mi padre en el carro me estaban haciendo ver cosas. O capas y el extraño se había ido al metro. Me relaje en mi asiento y espere a llegar a mi destino final

  

Y por fin, justo cuando pensé que me iba a morir del aburrimiento, llegamos